lunes, 13 de octubre de 2008

El Camino de Santiago - crónicas de un viaje gastro-enológico y cultural-espiritual.



El 12 de abril de 2008 emprendimos viaje al viejo continente, con el fin de conocer parte de lo que ha sido denominado “El Camino de Santiago”. En una "peregrinación" planificada desde un año atrás, aunque con comodidad turística e intenciones sibaríticas, la idea era hacer el recorrido, que con gran espiritualidad hacen los peregrinos, en su camino a Santiago de Compostela. Seríamos dos peregrinos más, aunque en auto, alojándonos en Paradores en vez de albergues y degustando en buenos restaurantes, de la gastronomía y los vinos del centro y el norte de España. Denominé el itinerario entonces como "Los Caminos de Santiago: Gastronomía y vinos del Norte de España" Debo decirles que en mi caso, la preparación de un viaje como este comienza muchos meses antes, con la búsqueda de información con amigos, en guías de viaje, archivos de internet y hasta en Google Earth para visualizar no solo el trayecto sino los lugares a visitar. La diversión empieza pues,mucho tiempo antes de la fecha de partir.


Lo primero que pude conocer durante los preparativos, es que no existe UN Camino de Santiago, sino tantos caminos como lugares de partida. Lo único en común es el destino: la ciudad del Campo de Estrellas, Santiago de Compostela. Sin embargo, partiendo desde Madrid, visitaríamos inicialmente ciudades ubicadas en el denominado Camino Francés, saltaríamos al Camino del Norte y finalmente haríamos una parte del Camino Primitivo, para entrar a Santiago desde Lugo. Es decir un camino híbrido. El Camino Francés parte desde Somport en Francia, pasa por las provincias de Navarra, La Rioja, Burgos, Palencia, León y Lugo, antes de entrar a La Coruña, donde se encuentra nuestro destino. El Camino del Norte, parte desde Irún, en la frontera franco-española y recorre la costa cantábrica, atravesando las provincias de Guipúzcoa, Viscaya, Cantabria y Asturias, donde se une al Camino primitivo en Oviedo. Como ven, la vuelta es grande. Muchos peregrinos caminan hasta 800 kms, lo cual se nos hace particularmente difícil, sobre todo a mí, no acostumbrado a caminar grandes distancias y con estas rodillitas cambetas que mi madre me dio, así que utilizaríamos uno de los grandes inventos del siglo XIX. ¡Que grande Henry Ford!

Para más información sobre el Camino de Santiago, sírvanse visitar las página web
http://caminodesantiago.consumer.es/ y http://roble.pntic.mec.es/~jferna22/comenius/fiestas/santiago/santiago.htm

AHORA AL GRANO:
Iniciamos nuestro viaje el 12 de abril, con una visita a Londres para encontrarnos con CB, ME y el Danny. Un buen abrazo de mi hermano... aunque usted no lo crea!, par de buenos restaurantes de por medio (The Castle at Hurst y Alfassia) y visita al Castillo de Windsor, pagaron el viaje. De allí nos acercamos a Dublín para pasar un par de días con Hugo E, Ceci y el gran Diego, nuestro nieto irlandés. Visitas estas llenas de emoción por reencontrarnos con la querida familia en ultramar.

Con toda esta carga emotiva partimos a Madrid el 17 de abril. Madrid sigue siendo unas de las capitales europeas más hermosas y acogedoras, lo cual la hace punto de entrada obligado al continente europeo, al menos para nosotros. Una caminata por el Paseo de Recoletos hasta las Cibeles y el tapeo nocturno en los alrededores de la Plaza del Sol son un placer que estamos siempre dispuestos a repetir.

Al siguiente día tomamos el auto y emprendimos la ruta hacia Lerma, vía A1 – E5. En una hora aproximadamente llegamos a Aranda de Duero, capital de la Ribera burgalesa, parada obligada para degustar su famoso lechazo de cordero asado y las típicas morcillas y chorizos de la región, todo acompañado de vino tinto de la Ribera del Duero. El “atracón”, de paso, me costaría horas después malestares propios de los excesos gastronómicos a estas edades…

En la tarde entramos a Lerma, para alojarnos en el bellísimo Palacio Ducal (Parador de Lerma), situado en la parte más alta de la ciudad, frente a la Plaza Mayor y que fuera construido en el siglo XVII por encargo del primer duque de Lerma al arquitecto Francisco de Mora.



Es bueno acotar en este punto que inicialmente habíamos denominado nuestro itinerario como “Tour de los Paradores”, por la clara intención de alojarnos en varios de estos establecimientos en el recorrido hacia Santiago de Compostela. A los efectos, hice las reservaciones en la página web http://www.parador.es/, aprovechando la promoción “Tarjeta 5 noches”, con la cual tuvimos un buen ahorro. Esta tarjeta debe ser adquirida en el primer parador que se visita, en este caso en el Parador de Lerma. Recomendamos también que se hagan "Amigos de Paradores", con lo cual se obtienen puntos que a futuro pueden cambiarse por noches de alojamiento. Después de conocer el Parador, con su imponente patio central rodeado de columnas y siendo todavía temprano, decidimos tomar la vía hacia Santo Domingo de Silos, en el Valle del Tabladillo, lugar conocido por su monasterio de monjes benedictinos, construido por el Santo a comienzos del siglo XI. El monasterio de Santo Domingo de Silos es famoso por sus Cantos Gregorianos, los cuales tuvimos la dicha de escuchar durante el oficio religioso de las 7pm, experiencia por demás emotiva, por la cual dimos gracias a Dios al permitirnos estar en ese sitio.


Una visita obligada es al claustro románico, centro de vida de la comunidad monástica, con sus arcos y capiteles medievales y su ciprés centenario. Completan la visita al monasterio un pequeño museo, con piezas de arte de los siglos XI, XII y XIII y una farmacia de principios del siglo XVIII.
El camino de regreso al Parador, todavía con luz de día, nos permitió tomar fotos de parajes tan hermosos como Castrillo Solarana y las Peñas de Cervera.





En la noche cenamos en el restaurante del Parador "El Mayorazgo de los Monteros"
Entrada: Guiso de cardo con salsa de almendras y azafrán.
Plato principal: Suprema de Merluza de pincho a la arandina acompañada con pisto y salsa verde. Pez emperador con gambas blancas a la parrilla.
Acompañamos la comida con una Cava Rose de La Rioja y mucha agua por los malestares estomacales ya mencionados. No comimos postre entonces...
A la mañana del siguiente día, caminamos por Lerma, villa conventual del siglo XVII. Aparte del Palacio Ducal, Lerma nos muestra su Plaza Mayor, una de las más grandes de España, La Plaza de Santa Clara con su mirador, la exColegiata San Pedro y los conventos de San Blas, Santo Domingo, Santa Teresa y La Ascensión. Pudimos observar por primera vez en el viaje los nidos de las míticas cigüeñas, vista esta que se repetiría en casi todas las iglesias y torres elevadas de Burgos y La Rioja.


Al mediodía continuamos nuestro viaje rumbo a Burgos, una de las ciudades más importantes del Camino Francés, cabeza de Castilla, donde se rinde homenaje al Cid Campeador (no precisamente por peregrino). Recuerdos de la grandiosa película de los años 60, protagonizada por Charlton Heston y Sofía Loren.
La visita a Burgos consta de un itinerario básico que incluye la majestuosa catedral, primera del gótico hispánico, construida en el siglo XIII; el castillo, desde donde se pueden obtener fabulosas tomas de la ciudad; el Paseo del Espolón, a orillas del río Arlanzón, flanqueado por árboles cuidadosamente podados de múltiples formas y más al este, la Plaza del Cid, con su monumento ecuestre, cuya miniatura es un souvenir obligado para todo visitante de Burgos.





En la Catedral de Burgos, merecen especial atención del visitante, la Capilla del Cristo de Burgos, el Retablo Mayor, la Capilla de los Condestables, el sepulcro del Cid y doña Jimena y el relieve del Camino del Calvario en el trasaltar, entre muchísimas obras artísticas.

Tapeo inigualable en “El 22 vinos y tapas”, acompañando las mejores tapas de España, como los langostinos helados crujientes, 1er premio de tapa caliente en 2007 (al menos nos los vendieron con ese curriculum), con un vino Verdejo de Rueda, que salimos corriendo a comprar.

Concluimos la visita de Burgos en la Cartuja de Miraflores a unos 3 kms al este, al final del Paseo de la Quinta, con su impresionante Cristo en el altar mayor, a cuyos pies yacen las sepulturas de Juan II e Isabel de Portugal, padres de Isabel La Católica.

Al salir de la Cartuja de Miraflores tomamos la N-120, adentrándonos en La Rioja y siempre en la ruta del Camino Francés. Nuestra siguiente parada fue una pequeña ciudad de intensa tradición jacobea, donde todo gira alrededor de la peregrinación a Santiago de Compostela: Santo Domingo de la Calzada “donde la gallina cantó después de asada”. Especial mención merecen su catedral, construida en el siglo XII, el hospital de peregrinos, convertido en Parador y la Plaza del Ayuntamiento.


Ya al final de la tarde emprendimos la ruta hacia Cenicero, en pleno corazón de La Rioja, para pernoctar en el Hotel Ciudad de Cenicero, bello y cómodo hotel donde recientemente se inauguró un excelente restaurante, La Chatilla, atendido por el chef Fernando Andrés. Cena inolvidable. Atención de primera, comida exquisita. Altamente recomendable y al cual le auguramos pronto su primera estrella Michelin.
Entrada: alcachofas naturales con Foie Gras y reducción de PX.
Plato principal: Lomo de merluza en salsa verde con almejas y Rape asado con reducción de cocido crujiente de almendras y garbanzos al tenedor.
Postre: Canutillas de piña rellenas de crema almendrada y frambuesa.

Por cierto, acompañamos la cena con un vino Alcorta, probablemente de los viñedos de los primos en La Rioja.

El domingo 20 visitamos las Bodegas Marqués de Riscal, en Elciego población en la Rioja Alavesa. Un espectáculo aparte es la impresionante modernidad de su hotel, diseñado por Frank Gehry, el mismo arquitecto del Guggenheim de Bilbao. Después del tour por las bodegas almorzamos en el Bistró del Hotel, el cual es asesorado por el chef riojano Francis Paniego, galardonado con una estrella Michelin.

Después de un aperitivo de queso de cabra en miel, ajonjolí y perejil, gentilmente atendidos por Martha y Joseph, pedimos la comida, sin arrepentimiento:
Entradas: Potaje de caparrones con chorizo, morcilla de Burgos y guindillas. Ensalada verde con pimientos rojos, espárragos y bonito.
Plato principal: Solomillo de ternera (Francis) y costillitas de cordero (yo).

Después de la comida, pasamos a un salón para el café (y los puros), donde descansamos un rato y bajamos los vinos para después seguir el camino. Por cierto que en ese lugar se me quedaría la tarjeta de crédito venezolana, la cual me enviarían al día siguiente al hotel en San Sebastián!

Tras una breve visita a las poblaciones de Elciego y La Guardia, seguimos rumbo norte, hacia la costa cantábrica, con destino a Donostía/San Sebastián, en el denominado Camino del Norte.

El Camino del Norte recorre la costa cantábrica, desde Irún, en la frontera francoespañola, hasta Galicia. Recorreríamos el camino desde Francia hasta Santander en la provincia de Asturias, donde dejaríamos esta ruta para reencontrarnos con el camino francés en León. Conocimos St. Jean de Luz, Biarritz, Hondarribia, San Sebastián, Bilbao y Getxo, todas poblaciones del País Vasco, de gran belleza y hospitalidad. La crónica de esa zona vendrá en un blog futuro.

Especial mención merecen los restaurantes Zuberoa en Oiartzun y Etxanobe en Bilbao, los cuales hacen honor a las estrellas Michelin que ostentan. Menú de degustación como para olvidarse de kilos y dietas y vinos para olvidarse de que hay que manejar de regreso al hotel. Otra mención especial a un tapeo inolvidable en el casco viejo de San Sebastián. Sobre todo las tostas de gulas y camarones, acompañadas con vino blanco de la casa. Rico y barato.

El jueves 24 tomamos la Autovia del Cantábrico (A-8), rumbo a León, haciendo parada en Santander, capital de Cantabria, siempre en la costa del mar Cantábrico.
Después de pasear por la ciudad y caminar por el malecón procedimos a buscar donde almorzar, para lo cual preguntamos a los lugareños y nos enviaron a la playa de la Magdalena

Oh sorpresa, porque allí conocimos un lugar altamente recomendable. Restaurante de playa con un menú de pescados y mariscos como para levantarle la vida a cualquiera. Sin la ostentación de estrellas Michelin, pero con un universo de sabores y a un precio inigualable. Éxito total! Para repetir!


Entradas: Milhojas de bacalao, patatas y espinacas con corona de pimientos.
Plato principal: Tronco de Rape cortado en medallones y salsa especial balneario.
Plato principal: Diversidad de mariscos frescos a la plancha.
Postre: Natillas de naranja con corona de merengue gratinado con su helado y galleta crujiente de almendras.... ¿que tal?










Después de salir de Santander, como no todo podía ser perfecto, tuvimos la gran perdida gracias al señor del GPS, el cual nos mandó por el Parque de los Picos de Europa, en vía hacia León. Por supuesto, como el error suele ser humano, la culpa siempre fue mía por cambiar el setting de "vía más rápida" por vía más corta" y "evitar peajes"... o sea!!!. Después de sendas crisis, una de acrofobia para mí, desencadenada por la altura de la carretera y otra de histeria de Francis, desencadenada por la soledad de los parajes y el miedo a no regresar nunca más a la civilización, llegamos a León entrada la noche, sin ningunas ganas de comer. Lo dejaríamos para el siguiente día.

 Sin embargo, lo que si hicimos al entrar al Parador de León (Hostal de San Marcos), fue hacer un cambio inmediato, para quedarnos una noche más en ese lugar, sin duda el hotel más fastuoso que hayamos visitado, solo comparable al Alhambra Palace de Granada.



León es una hermosísima ciudad, capital de la provincia del mismo nombre, donde sobresalen tres obras imprescindibles, de obligatoria visita: su Catedral, la basílica de San Isidoro y el Hostal de San Marcos.

Por supuesto, hospedados en el Hostal, lo primero a hacer al día siguiente era visitarlo, para lo cual aprovechamos un tour que es organizado por la gerencia del Parador.

La Catedral de León es un majestuoso templo ojival, relacionado con los grandes templos del norte de Francia. En su interior, por cierto, está la sepultura del rey Ordoño II, quien fue el rey de Castilla que otorgó a los hijos del Conde don Arias Godo el apellido Losada, historia que relato en el blog http://genealogialosada.blogspot.com/


Dos días más tarde, seguimos el camino a Santiago, tomando la A6 rumbo a Lugo, ciudad amurallada en la provincia del mismo nombre, en Galicia. el dicho local "Y para comer, Lugo", nos adentramos en la zona monumental y después de la visita a la bellísima catedral nos decidimos a tapear en el Restaurante Verruga, en la Rúa da Cruz. Tapeo simplemente delicioso. Todo tipo de mariscos y crustáceos con unas cañitas bien frías.



En la tarde seguimos hacia Santiago de Compostela, para llegar a esa ciudad cerca de las 5 de la tarde, con tiempo suficiente para hospedarnos en el Hostal de los Reyes Católicos, entrar a la Catedral y más tarde encontrarnos con Mónica, Javier y Fabi, quienes en los dos días siguientes nos servirían de guías en esta ciudad, destino final de peregrinos que proceden desde todos los lugares del continente. Esa noche del 26 de abril celebraríamos haber culminado el recorrido, gracias a la invitación de Javi y Mónica, en el Restaurante A Barrola, con un exquisito arroz caldoso y docenas y docenas de gustosísimas navajas, por supuesto con abundante vino y una inmensa alegría.



Al día siguiente, domingo 27 de abril de 2008, asistiríamos a la misa de los peregrinos en el Obradoiro, para celebrar el cumpleaños de Francis y dar gracias a Dios por permitirnos la dicha de compartir ese momento. Ese día cantamos, bailamos y lloramos de emoción con Botafumeiro y todo.


¡Salud Peregrino y Buen Viaje!